Había quedado con Nikolai para cenar, esperaba que se quisiera trasladar a aquella casa conmigo, pues era demasiado grande para mi sola, si traía compañía la verdad es que me daba lo mismo, podían gastar la habitación de matrimonio y yo mudarme a la de abajo si querían más intimidad.
Aunque la verdad es que esperaba compartir algún tiempo con él, recordando viejos tiempos y poniéndonos al día en el rumbo que había tomado nuestras vidas.
Creo que llevábamos demasiado tiempo separados.

Tras arreglar toda la casa renovando los muebles me dirigí a hacer la compra y regresé una hora después tras espantar un par de debiluchos dementores, de siempre el Patronus era el hechizo que mejor me había salido gracias a los recuerdos de la niñez que tenía junto a mi hermano.

Comencé a guardar las cosas en la nevera cuando noté unas manos sobre mis ojos y sonreí.

El encuentro en el Ministerio no había sido demasiado agradable, sabía que debíamos hablar todo aquello y esperaba que en casa tuviera más soltura a decirme las cosas tal cuál opinaba y no sólo como mi superior.

- Hola Niko -sabía que era él, siempre me había intentado pillar por sorpresa, pero creo que le había dado yo más sobresaltos sin ni siquiera taparle los ojos, pero es que no me había quitado los ojos de encima.

Supongo que estos últimos tres años sin tener noticias de su hermana de manera directa habían sido devastadores en él.

- Me lo enseñó un mortífago que conocí en Lyon, después de morderme -me aparté de la nevera para que viera lo que iba a gastar para hacer la cena- ¿Quieres que prepare una ensalada?

Al menos ensaladas sabía preparar, así que no me iba a morir de hambre, aunque desde que me mordió prefería la carne, poco hecha.

- Ah!, el jueves vendrán a cenar unos amigos, son medimagos, vienen a traerme la poción matalobos -estaba cerca de mi hermano, aún no había reaccionado, pero prefería estar cerca a que sacara su varita y me enviase bien lejos, le estaba dando la información que quería saber en el Ministerio, y sabía que él podía leer entre líneas- Me gustaría que ella te echase un vistazo a la marca, es especialista, es la jefa de planta en enfermedades creadas por hechizos de San Mungo.

" Se puede saber que mierda intentas decir ", y aunque el volumen de su voz no se modificó ni un ápice me sentí mal ante sus palabras.

No lo había aceptado, ¿Suavizar aquella información? Pues realmente no sabía como, podría habérsela ocultado de saber que le molestaría, pero para darla pensaba que podría aguantar, cosa que por lo visto en mí no aguantó, quizás si hubiera sido cualquier otra persona ni siquiera le hubiera importado.

" No podias encontrar otra manera de contarlo? Por que dejaste que pasara? ", se alejó de mi y me sentí más sola que en toda mi vida, más que cuando con diecisiete años me dejó en aquél orfanato.

- ¿Por que dejé que pasara? ¿Acaso crees que yo quería que pasara siquiera? - negué con la cabeza y fui a sentarme en una de las sillas de la mesa de la cocina- No tuve mucha elección, estaba infiltrado entre ellos y decidieron que tenía la suficiente osadía para formar parte de la manada, si tienes algo mejor búscale las cosquillas a tu antecesor que fue quien envió a una novata a Lyon porque no tenía a nadie mejor, supongo que al ver el expediente de Vorobiova se le iluminó la brillantez y empezó a atar cabos, descendiente de familia de mortífagos, muertos, quizás pensó que me aceptarían sin más. No sólo se les están uniendo licántropos, también me he codeado con los chupasangres y el resto de criaturas oscuras. Los dementores que hay por aquí los podría vencer hasta el patronus de un niño, no te haces una idea de lo que van a enviar.

Me levanté despacio y me acerqué hasta él, rodeándole la cintura con los brazos, si alguien tenía que matarme que lo hiciera él.

- Te necesito ahora más que nunca, voy a dar defensa en el colegio y necesito que me sustituyas tres días al mes, los tres días de la recuperación. No me avergüenzo de lo que soy, antes que licántropo soy una bruja y antes de ser bruja soy tu hermana -le dije despacio.

- ¿Sin importarme mi condición humana? ¿Tú piensas antes de hablar Nikolai? ¡Te estoy diciendo que me infiltré entre los mortífagos, que tuve que escapar de ellos para asegurar mi vida, ¿Y lo único que me sabes reprochar es mi condición humana?! Pues estoy poniendo remedio a eso, tengo un amigo, que está desarrollando una poción, lleva toda la vida detrás de ella y pienso ser su conejillo de indias -cerré los ojos para que no pudiera ver mi frustración, dos meses me había costado asimilarlo, el mismo amigo que había recibido los informes.

Me acerqué a él, necesitaba un abrazo pero tenía suficiente orgullo como para no pedírselo.

" Para peor, quieres que haga tu trabajo y me preguntas despues de tomarlo... No lo se... ¿no has hablado con el director para que te consigan un reemplazo que no sea yo? ".

- No hablé para eso, sólo pensé que te hiría bien, pero si no puedes hacerle ese pequeño favor a tu hermanita, buscaré a alguien, estoy segura que algún fantasma podrá vigilar el examen -no quería mirarlo a los ojos, estaba muy dolida. Los dos encuentros que habíamos tenido habíamos terminado a gritos, como si lo necesitásemos después de tanto tiempo sin vernos- ¿Me odias, Nikolai?

Sus palabras me descolocaron por completo.

- ¿Como dices? Aquí no hay malo, si te niegas estás en tu derecho, la verdad es que lo hice sin consultártelo -me acerqué un poco más a él- Por eso te lo pido por favor, pero si no quieres lo acepto y ya.

No podía seguir fingiendo que sus palabras no me dolían, que su alejamiento me estaba destrozando, agaché la mirada para que no viera mis ojos aguados, ni siquiera sabía si con mi dolor disfrutaba también.
Al escuchar que si me odiara no me hablaría me mordí el puño, esas palabras colmaron mi paciencia por el día de hoy.

- Es lo que a mi me parece, o me odias o estás realmente enfadado conmigo y has decidido no vivir aquí -dije ya sin importarme que viera todo el dolor que albergaba- Pensaba que querías recuperar estos años de distanciamiento, soy consciente de que nada volverá a ser igual que antes, pero me gustaría al menos saber que sigo teniendo a mi hermano Nikolai, la persona que me conoce mejor que nadie y con el cuál no tenía secretos. ¿Eso lo tengo o lo perdí ya?

Levanté la cabeza, creo que sólo él me había visto llorar de aquella manera, pero ni siquiera sabía si lo podía recordar, ya que yo era algunos años más joven cuando eso ocurrió y él tenía el cuerpo algo magullado.

- ¿Entonces lo podemos recuperar? Dime lo que quieres saber Nikolai, por favor -noté la caricia del dorso de su mano sobre mi mejilla y cerré los ojos aún entre sus brazos- Te quiero, y eso el tiempo nunca lo podrá borrar.

El resto no importaba, si no quería vivir conmigo, lo aceptaría.

- ¿Y si no estás enfadado conmigo porque demuestras esa frialdad? ¿Ya no te fias de mí? -si me decía que era así me iba a partir por la mitad, aunque los años hubieran pasado yo seguía necesitándolo, era mi luz a seguir en aquél mundo de tinieblas.