Primer día en Inglaterra y ya tenía que visitar el hospital.
Un maldito hechizo descontrolado de uno de los novatos me había dado de lleno, e hizo que los ojos se me enrojecieran y llorasen de continuo.

Casi con los párpados cerrados tomé el ascensor hasta la primera planta, en donde trataban las enfermedades creadas por hechizos, nunca me habían gustado los hospitales, pero debía tratarme aquello si no quería durar menos que dos cantos de gallo.

- Buenos días -saludé al escuchar unos pasos, esperaba que fuera un medimago que pudiera atenderme.

Sentí una mano sobre mi brazo y e dejé guiar al escuchar una voz amable.

- Pues estaba en la sala de entrenamiento y uno de los novatos me lanzó un Conjuntivitis que me dio de lleno al apartar a una chica -en que mala hora la había apartado, porque ahora era yo la que cargaba con aquel dolor- Sé que le va a sonar infantil, pero no me tendrá que inyectar nada, ¿verdad?

En esos momentos deseaba que mi hermano estuviera allí, pero por algo como esto no lo iba a molestar, además, mejor si no se enteraba, no creo que le sentase demasiado bien.

Escuché como corría e intenté visualizar, pero apenas podía mover los párpados.
Me aseguró que sólo era una poción por lo que me tranquilicé y cuando me pidió que cerrara los ojos le hice caso, quedándome casi dormida encima de la camilla.

- De acuerdo, por cierto, no me he presentado, soy Alexis Vorobiov, auror en el Ministerio -me gustaba hablar con la gente, y ella parecía muy agradable- ¿Llevas mucho tiempo trabajando aquí?

La situación me hizo gracia y comencé a reír suavemente.

- Lo siento, pero hoy también es mi primer día, bueno a decir verdad, mi segundo aquí en Londres como auror, el primero me enviaron directamente a Lyon durante tres años, hoy empezaba aquí y mira como he terminado -había algo bueno, había conocido a una persona interesante- Tengo que hablar con usted, necesito ayuda.

Utilicé la forma correcta porque se trataba de su trabajo, a mi también me molestaba que la gente dudara de mi aptitud por ser la nueva del lugar, ella era medimaga especializada en hechizos por lo que su ayuda sería inestimable, ahora tendría que convencer a mi hermano para traerlo aquí y eso iba a ser muy difícil, otra sería si ella aceptase a venir a casa y tuviéramos una charla los tres.

- Pues no puedo decírselo exactamente -noté como retiraba las hierbas de mis ojos, el dolor no había remitido del todo, pero al menos podía abrirlos y eso era una gran ayuda- Digamos que es una marca que crea dolor. No es un tumor, y si la solución es cortar el brazo tampoco me sirve.

Sonreí, eso ya se me había pasado por la cabeza, pero Nikolai me mataría sólo con proponérselo.

- Verá, la persona que padece esta maldición es la persona que más quiero en este mundo, y ha recorrido todo el mundo en busca de una solución a su problema, pero es una persona muy introvertida que no se deja convencer fácilmente, por lo que deberá ganársela. ¿Le parece si la invito a cenar un día para conocerlo? Puede traer invitado si quiere, no quisiera que pensara que estoy intentando emparejarlo con alguien, porque en verdad lo único que quiero es ayudarlo -y aquello era cierto, aunque nuestro primer reencuentro hubiera acabado como el perro del labrador- Si pudiera traer a otro colega con el que tenga buena relación estoy segura que la conversación podría ser más distendida. Sólo un acercamiento, para que pueda confiar en ustedes.

Me incorporé en la camilla y sonreí.

- Sean ustedes mismos, si intentan caerle bien él los descubrirá y se cerrará en banda. Le diré que unos amigos van a venir a cenar para que cocine algo. Es una persona cerrada y no le gusta estar con mucha gente, pero espero que por mí haga un esfuerzo, creo que me lo debe -parpadeé un par de veces para acomodarme a la cantidad de luz pero me fue imposible, por lo que me coloqué las gafas de sol- No sé que explicación le voy a dar cuando me vea con las gafas por dentro de casa. Es muy perceptivo, así que yo iría con la verdad por delante. Símplemente con decirle que yo le pedí ayuda espero que sea suficiente. A mí me suele perdonar.

Quizás también pudiera ayudarme con mi problema.

- Por cierto, ¿Sabe hacer la poción matalobos? Esa sería para mí -la luna llena se acercaba y tenía muchísimas cosas que hacer, aparte que no quería morder a nadie.

" Vale,ya entiendo,tratare de ser yo misma...espero caerle bien...pero cualquier cosa sera mejor que mentirle ", eso creo que iba a correr de mi cuenta.

- Sí, sobretodo no le mienta o la descubrirá y ya no podremos ayudarlo porque no se quedará ni en la misma habitación -dije echando el aire mientras notaba los ojos llorosos y aún con picor.

" pero aun asi..me gustaria saber algo mas de el,para estar preparada sobre como es su personalidad y tal ", definir a mi hermano era difícil, porque la definición que le pudiera dar yo de él no iba a ser la que iba a encontrar con ella.

- Bueno se podría decir que es un hombre muy correcto, recto, con una inteligencia superior y bastante introvertido. Todo lo contrario a mi manera de ser, con usted creo que será bastante reservado. Si quiere puede salir con que vino a traerme la poción matalobos que le pedí. Y sí, soy licántropa gracias a mi trabajo de auror -para mi no era gracioso, pero me había costumbrado y le sacaba probecho cuando podía.