Acababa de terminar el caso de Francia, ya era hora de regresar a Inglaterra, además, aquél país no me traía gratos recuerdos, pues en cuarto recibí la noticia estando en la fiesta de finalización del curso que mis padres habían fallecido y que debía trasladarme a Drumstrang, en donde me esperaba mi hermano para partir hacia Estados Unidos.

Apenas tiempo de recoger y despedirme de mis compañeras, ya tenía la carroza y los caballos alados esperando en las puertas.
Sabía que había nuevo jefe de aurores, no el que me había enviado a Lyon, por lo que debía presentar mi curriculum, para ser admitida entre sus filas y que no me dejase cerca de la ciudad de las luces, porque de luces no tenía nada, era fría, húmeda y sombría, mucha arquitectura, pero llena de vándalos y bastante peligrosa si no sabías en que barrio andar.

Llegué a la primera planta, directamente del aeropuerto, con mi pequeña maleta al hombro, claro está con todas mis pertenencias reducidas, las gafas de sol, vaqueros, una camiseta y la chaqueta colgada al brazo, junto con la maleta.
El móvil en funcionamiento, me encantaban las cosas muggles aunque me hubiera criado en el seno de una familia de sangre pura, fiel a las tradiciones del linaje de la sangre.

Llamé cuidadosamente a la puerta, ahuecándome el pelo para darle algo de soltura, ya que la humedad lograba apelmazarlo.
Entré a una antesala en donde una mujer bella tecleaba sin parar, le guiñé un ojo, le mostré mi dentadura perfecta y decidida avancé hasta la puerta en donde un cartel anunciaba el nombre del nuevo empleado de aquella oficina.

La sonrisa cambió a una mueca de estupefacción, lo había conseguido, mi hermano era Jefe de Aurores, ahí si me puse nerviosa, hablar con cualquier otra persona era fácil, pero Nikolai me conocía a la perfección, con él no valían las tretas ni artificios que pudiera gastar con otros hombres, no me iba a servir de nada mi belleza natural ni la simpatía si no me veía capacitada para formar parte de su escuadrón me lo diría claramente, y aún así, sabía que formar parte de su escuadrón equivaldría a muchas noches de trabajo y tenerlo con un ojo pendiente, al mínimo fallo me lo iba a echar en cara.

Tomé aire y toqué suavemente a la puerta, abriendo tras un fuerte: "Adelante".
Creo que no había estado más nerviosa en mi vida.
Empujé la puerta entrando de espaldas para cerrarla en el menor tiempo posible y me giré despacio encontrándome con esos ojos azules que había seguido toda mi vida.

- Alexis Voroboiv, presentando sus respetos al nuevo Jefe de Aurores -pronuncié de manera solemne, aunque me moría por abrazarlo, estaba allí para pedir un traslado.

" Asi que ahora las lechuzas caen muertas al emprender vuelo ¿no?, eso o que tu hermano era un tema para mas tarde asumo ", me quedé parada al recibir su sonrisa pero tales palabras, era como si estuviera enfadado conmigo.

- Perdone señor, acabo de llegar de Lyon, y vengo a pedir un traslado a Londres, no quiero seguir en Francia, así que una de dos, o me deja trabajar bajo sus órdenes o me retiro del servicio y me busco cualquier otro empleo -si se ponía borde conmigo se la podía devolver, lo conocía muy bien.

Se levantó de detrás de su escritorio y me abrazó con fuerza, como si fuera lo más preciado de su vida. Le rodeé la cintura con los brazos y apreté, yo sí lo había echado de menos, preguntándome cada día como se encontraba, pero no podía delatar mi posición estando infiltrada entre tanto seguidor en alzamiento.

- No sabes lo que te eché de menos y la falta que me hiciste en algunas ocasiones -dije apoyando mi barbilla sobre su hombro- Pero mírate Niko, estás fantástico.

" Fantastico....si claro, como si pudiera estar fantastico en algun momento de lo que me queda de vida ", se separó de mí para recordarme lo de la marca en su brazo, como si a mi se me olvidaran las cosas.

- Te conozco Nikolai, no hace falta que me recuerdes cada error de tu vida porque me los conozco al dedillo, cada raya, cada pico, ¿Acaso crees que porque era una niña no me daba cuenta de las cosas? -hablaba con calma, mi carácter lo podía controlar cuando quería, no era lo que más me apetecía en esos momentos, pero estaba hablando con mi superior y no podía cagarla mezclando sentimientos- Niko, si hubiera sido al revés, quiero decir... si yo hubiera terminado en ese mundo... ¿Me hubieras dejado de querer?

Le estaba diciendo que mi amor por él era incondicional, daba lo mismo lo mucho que la cagara, seguiría siendo mi hermano, mi mejor amigo y mi confidente aunque estallara la tercera guerra mundial en nuestras narices.

- Te sigo necesitando, y cada vez más... -terminé en un murmullo, creo que no le interesaba escuchar mis palabras en aquellos momentos, porque cambió de tema en seguida.

" Bueno, vamos a lo que veniste, seguro ahora tu lechuza puede volar ", ni siquiera me miró al soltar aquellas palabras, estaba claro que le habían dejado el despacho y el puesto desorganizado totalmente, iba a necesitar ayuda urgentemente. " En teoria.... tus papeles estan por aca ¿no? ", caminaba decidido, como siempre, eso era lo que lo había marcado toda la vida, nunca se echaba hacia atrás cuando tomaba una decisión.

Sacó una carpeta y ahogó una carcajada, aquello era peor de lo que me imaginaba.

" Asi que eres una aurora recien salida de academia que viaja donde le da la gana no? Por lo menos tienes mejores calificaciones de lo que me habias contado ", ¿Estaba molesto o qué pasaba allí?

Me acerqué a su escritorio y golpeé su mesa con ambas manos, intentando que volviera a concentrarse.
Pasé por su lado y comencé a abrir los cajones, debía guardarla en algún sitio, pero por más que miré no encontré nada.
Lo miré con los ojos entrecerrados y me senté sobre la mesa, arrancándole mi expediente de las manos.

- Tengo tres años menos que tú, cuando me enviaste aquí por mi propia seguridad ingresé en la academia de aurores, logré sacarla en dos años siendo la mejor de toda mi promoción, tras obtener esas notas ingresé en las fuerzas especiales, los aurores de élite, es lo más difícil después de separarme de tí que he hecho en mi vida, cuatro años de idiomas, supervivencia, estrategia y combate, el primer día que me asignaron un caso estaba organizando mis cosas en el escritorio, llegó tu antecesor y lo volvió a colocar todo dentro de la caja de cartón, me entró en su despacho y me dijo que me transfería a Lyon, que debía infiltrarme entre los nuevos grupos de mortis y que si rechazaba la misión él mismo se encargaría de que no volviera a ejercer -hice una pequeña pausa- Acepté el caso y con lo puesto me presenté en Lyon, moviéndome entre las sombras, esperando captar el anzuelo de alguien, siempre hay buenas personas en todos los grupos, a mi desgracia tuve que patear a varios muggles. Llevo tres años allí, pero ya no puedo más. No te envié ninguna lechuza porque no me podían relacionar contigo, estaba de agente encubierto. Desaparecí de su vista el día que me iban a colocar la marca, no quiero que me maldigan como a ti. Sé que sólo es una marca, pero para mi representa todo lo que odio. No te estoy pidiendo que te apiades de mi, sólo estoy reclamando mi lugar en este cuartel, porque te aseguro que a Lyon no regreso sola, ni por todos los galeones de Gringots, me acojoné Nikolai, mucho.

Había muchos temas por los que podía pasar, pero en mi naturaleza no estaba hacer sufrir a la gente porque sí, de hecho no concebía la tortura como un medio de conseguir información valiosa, habían otros métodos.

" Unos años y ya estas toda una fiera ", casi me atraganto de la risa, ¿Unos años? Él no tenía ni idea por lo que había pasado yo, pero no creo que le apeteciera saberlo, menos después de su segundo comentario tras narrarle mis tres años en Francia, él sabía que yo andaba por allí, pero tenía otros temas más importantes en los que ocupar el tiempo." Que sepas, que si no estuviera en la oficina, te llamaria idiota, no una vez, si no varias veces ", iba a replicarle en ese mismo momento pero su mirada y su gesto me valieron para tomar una bocanada de aire, aunque no dejaría que me llamara idiota, no sin una explicación razonable.

" Si esa caja aun existe, no esta aca asi que no hay que buscarla, debe estar en la novena planta... la mayoria de ese tipo de archivos esta ahi, respecto a tu mision en la que asumo fallaste, no importa, esos archivos solo se guardan una vez terminada la mision. Sobre tu admision, no deberia haber problemas... ", claro que iban a haber problemas y muy gordos, sobretodo después de matar a aquél tipo para salir de aquella casa tan vigilada, pero le sonreí y me hice la despistada.

- ¿Que caja, de que hablas Niko? -lo seguí con la mirada, aún sentada sobre su mesa, igual que hacía en Nueva York, cuando nos pasábamos las tardes hablando, apoyé una mano en el borde de la mesa y ladeé la cabeza- Hay más, pero no creo que quieras saberlo aquí o entonces no te vas a quedar con idiota.

Estaba nerviosa, pero seguía con una sonrisa, creo que más por la felicidad de volver a verlo que por los nervios, pero no sería capaz de entrar en mi mente, mis pensamientos eran privados.

- ¿Hospedada? En ningún sitio, acabo de llegar de Heathrow, el aeropuerto -y ahí posiblemente me lloviera una regañina de hermano mayor preocupado por la seguridad de su hermana, pero no le di importancia- Por decir no tengo ni casa, pero me compraré una, mejor dicho, nos compraremos una para vivir juntos, ¿Quieres?

Parpadeé un par de veces, poniéndole carita triste.

" No lo dejaremos ahi cuando este fuera del trabajo ", el bello de la nuca se me erizó nada más de pensar en cómo iba a ser el interrogatorio sino lo quería hacer allí en su despacho cuando estaba en su derecho como jefe actual. Era la única que conocía sus famosos interrogatorios a mortífagos, los tres que me habían hecho durante mi anonimato me dieron risa en comparación con los que él me había contado, lo malo es que encima me conocía y sabía cuáles eran mis miedos.

" Ya murio, y de esfuerzo.... ", dijo mirando a la lechuza, yo no le tenía ningún cariño, la había robado en el colegio y nunca le tuve aprecio, además, tardaba en entregar el correo.

- ¿Y te da pena? -le pregunté sorprendida acercándome a ver el bicho, viendo como la envolvía en celofán y la dejaba sobre un mostrador, aquello era asqueroso, dejar una lechuza muerta sobre un mostrador.

" Te regalare alguna ave que soporte tanto trabajo.... algun tipo de aguila creo yo ", mi rostro se iluminó con una grata sonrisa, me lancé a sus brazos y lo besé en la mejilla para luego abrazarlo con fuerza y quedarme embobada en su mirada.

- Gracias -volvía a sentirlo cercano, mi hermano estaba de nuevo a mi lado. Y de nuevo, su mirada de hielo que me hizo separarme de él, no lo había olvidado, Nikolai nunca olvidaba.

" Te enviare algun mensaje con Altair cuando tenga tiempo, para que hablemos acerca de estos años. Respecto a tu trabajo, lo mismo, termino algo aqui y voy a la novena planta pero ver eso ", cogí a Vix muerta, la lancé dentro de la papelera y me di la vuelta con lágrimas en los ojos, no le iba a dar el placer de verlas.

Empecé a caminar hacia la salida, tenía muchas cosas que hacer, entre ellas gastar ese maldito dinero que había conseguido heredado de mis padres de prácticas algo sospechosas.